Alcé la copa y brindé,
fue un brindis sordo, sin retorno
El agua del tiempo se enfriaba
y el dibujo sin rostro de un recuerdo,
Descubrí allí, en ese mismo instante que,
La vida sin recuerdos es la carrera del hombre
que madura la conciencia del SER
Allí junto a la copa del brindis supe,
que aun sin retorno “Yo Estoy ahí”
Y que la vida es más que un brindis pasajero que se muda,
que parece ser, y en la profundidad del alma, no es.
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