DARNOS CUENTA

Que nos aferramos a lo que creemos  nos pertenece y  temiendo perderlo vivimos mal.

Al cuerpo que visto, tengo que tratarlo bien, amarlo, respetarlo y permitirle que funcione de la mejor manera, libre y sin miedos.

Pero ante cualquier lucecita roja que éste presenta, por ese temor lo atiborramos con todo tipo de cosas, no le damos Libertad de acción, no le permitimos que aplique su SABIDURIA, lo creemos pobrecito y lo volvemos loco. No le permitimos despliegue sus defensas, lo ofendemos verdaderamente con lo que le mandamos, y terminamos con que,  debido a ello, nos quedamos con la mitad o menos del Propósito de esta VIDA sin hacer. ¿Producto de qué?  De nuestro miedo.

Con el resto hacemos exactamente lo mismo: en lugar de disfrutar de cada cosa que nos rodea, por temor a no tenerlo siempre, los empezamos a sufrir.

Sufrimos ante un catarro de nuestros hijos, ante una mala calificación, y de todo por lo que ellos también tienen que pasar para realizar lo que  vinieron  a hacer, y en lugar de liberarlos, los llenamos de miedos, sin comprenderlos y mucho menos ayudarlos.

Con  la casa y de las  cosas que están en ella, puesta por nosotros para confort, por ese mismo temor, las ponemos  bajo candado y por último nos ponemos presos  de nuestros propios  candados.

Démonos cuenta, observemos nuestro actuar, donde el Miedo a Perder nos paraliza, tomemos consciencia, todo está puesto para poder crecer Libres y Felices.